30.6.25

Hoy no estrenamos, por Penélope Hernández

 Hoy no estrenamos porque tendremos una clase 

inclusiva e impostergable de lúdica teatral

…Vimos que, tras la pandemia, mucha gente estaba deseando cambiar sus hábitos de vida, sentirse más a gusto. Hay quien apuesta por las escapadas a la naturaleza, se apunta a cursos de música, meditación, el cuidado de plantas o la gastronomía. Nuestros personajes descubren el teatro y cómo ese arte lo reúne todo: la presencialidad, la palabra justa, las emociones y, cómo no, mucha diversión. Es un espectáculo muy humano y, en una época tan desnaturalizada, un bálsamo para el alma. Como el arte en general.

Santiago Sánchez. Director.

Penélope Hernández   


En enero de 2025 tuve el agrado de encontrarme en la universidad con un reconocido docente de iluminación. Me comentó sobre los preparativos del Festival Internacional de Teatro Progresista. Y con una mirada radiante y alegre me dijo: “No dejes de ver lo que trae España: Hoy no estrenamos”. Le respondí: "Seguro. Iré. No me la pierdo". ¡Gracias, Gero!


Y ¿cómo no agradecer tener la oportunidad de apreciar una obra de la compañía L´om Imprebís, agrupación española que surge en 1983 para abrir nuevos caminos discursivos teatrales, sobre la base del arte de la improvisación? Esto se confirma en la dramaturgia de Hoy no estrenamos, que se gestó en los ensayos del grupo escénico.

Así, la pieza aborda, desde las nociones de apertura, juego, sentimiento, confianza, inclusión y transformación, el inicio de un Taller de Teatro donde asisten gradualmente, a buen ritmo, 12 personajes. Cada con sus inquietudes, búsquedas, miedos,certezas y maneras particulares de apropiarse del teatro para cambiar su vida.

Entre dinámicas de integración grupal, ejercicios, juegos dramáticos  se representan escenas claves de la historia del teatro, como por ejemplo “Casa de Muñecas” de Ibsen, “Las tres hermanas” de Chéjov y “Hamlet” de Shakespeare. Piezas que se convierten en una alternativa gracias al teatro dentro del teatro- para la expresión, la imaginación y la trascendencia de los estudiantes del Taller: Un coronel del ejército, un padre que acompaña a su hijo, el torero, la ex bailarina, las hermanas Conchín y Carmesín, el actor famoso, el adolescente, una enfermera, un malabarista de semáforo y hasta un vendedor de funeraria. Alumnos guiados por Antonio, el profesor-director, y apoyados genuinamente por Ico, un joven no binario que ama el teatro y lo demuestra hasta el final sublime de la obra.

Todos logran ir más allá de lo inmediato, de lo tangible, por decidir reunirse disciplinadamente para experimentar el teatro. A través de esta junta se da una valoración de la relación arte-sociedad-persona. Es una contundente y bella manera de comunicar que el teatro congrega, incluye, sin obviar los conflictos más densos de los seres humanos. Decisión difícil en unos tiempos donde es más sencillo excluir, polarizar y pasar por alto los verdaderos problemas de las personas.

La actuación y el minimalismo escénico son los pilares que sostienen el montaje. Dos actores profesionales como Carles Montoliu y Carles Castillo interpretan, con gran dominio de lo lúdico, la poetización de los elementos escénicos y la voz, a los personajes que llegan al Taller de Teatro. Se suma la experticia y sensibilidad de Santiago Sánchez como profesor-director,  y la juventud  ágil de Víctor Lucas como Ico.

La indumentaria es trabajada con seguridad y rapidez. Se expresa en los distintos cambios de sombreros, gorras, abanicos, pañuelos, lentes, armas, bolsos y diademas que deben hacer los actores para interpretar a sus variados personajes.  Personajes que captan la atención plena de los espectadores (muchos exclamaban desde las butacas del Teatro Nacional que aunque la obra no había terminado debían aplaudirse las escenas de Nora y Torvald o la del monólogo de Hamlet).

La energía de los actores y del público se fusionan. La presencia escénica, la mirada, el humor y la expresión corporal, entre otros medios expresivos de la actuación, configuran una ofrenda al acto de crear para ser, en el mágico tiempo presente del teatro: príncipe, sepulturero, rey, reina o fantasma. misterio y lúdico encanto que gusta al espectador, quien como Arantza, la enfermera, busca alquilar un apartamento con un precio justo. O como Kevín, que hace malabares para avanzar hacia su futuro. Pero también anhela admirar como Ico la belleza de lo trágico.

Espero que la Compañía L ´om Imprebís nos sorprenda y conmueva en el próximo Festival Internacional de Teatro Progresista 2026.

Nota: Este manuscrito carece de fotos porque explícitamente el director y los guías de sala solicitaron apagar los celulares durante la función.

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