La Quema de Judas, producción Teatro UDO Anzoátegui
Graciela S. Mitchell
La Señora Santísima es víctima del dolor más grande que puede sufrir una madre: la pérdida de un hijo. La presencia de un periodista le hace contar, muy vívidamente, los caminos transitados por su hijo y que lo llevaron a la muerte. Jesús y José intentan salir de la marginalidad desde distintas vías, José haciéndose soldado para defender a la patria y Jesús, entrando a la policía para ayudar a sus amigos ladrones y conseguir robar más dinero, ambos no completan su cometido. Al presentar esta realidad, de personajes sacados de los bajos fondos, pertenecientes a la más absoluta marginalidad y por muchos esfuerzos que estos hagan, nunca dejarán de serlo; pero lo terrible de allí es que saben y no hacen nada para dejar de serlo y si alguno de ellos lo intenta, termina sucumbiendo.
Montada en 2016 por el grupo de Teatro UDO Anzoátegui, bajo la dirección de Carlos A. Diaz, permite disfrutar en escena de diez actores, la mayoría enfrentándose por primera vez al escenario, pero cuyas actuaciones hicieron que el público, se identificara con las situaciones vividas. Actuaciones como la de Laura Gómez, como la Señora Santísima y Johan Veliz, como Jesús Carmona, nos evidencia un vínculo madre–hijo de profundo amor y dolor. Ganzúa, representado por Juan David Erazo, sorprende con su trabajo corporal, al igual que el personaje de Ángel, donde Marcos Santiago, construye a ese ser consumido por una condición de vida que afecta su cuerpo y mente.
Las idas y vueltas entre el pasado y el presente fueron marcadas con cuadros de iluminación que trasladaban al espectador; objetos que entraban y salían del escenario, de forma casi imperceptible por el público, complementaban los distintos cuadros. Otro elemento de gran valor fue la escogencia de la musicalización que completó la atmósfera, permitiendo hundirse en el profundo dolor de la pérdida de los personajes.
Sin duda una puesta en escena de una tragedia
cotidiana, pero que mezcló momentos de dolor, con situaciones jocosas que terminan
por hacer que el público no se suma en la tristeza sino que se ría, por
momentos, de su triste realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario