Regalo misterioso, exactamente eso
Patricia Jiménez
Se
trata de una pieza unipersonal en la que sobran las palabras. Allí hay un
cuerpo que grita, que duele, pelea, se rinde, busca, renace, padece, rabia,
confía, enternece, aniquila y refunda sobre sus propias ruinas. Asistimos a una
puesta que condensa en media hora la calidad de un dramaturgo, director y
coreógrafo, manifiesta en la teatralidad física y emotiva del personaje en
escena. La iluminación y la música se confabulan para agrandar la presencia del
hombre en su duelo y danza con el único objeto que lo acompaña.
Cuando
acaban los aplausos, otro momento lindo nos espera. Yaser Khaseb nos quiere
cerquita, conversar un rato, que preguntemos nuestras curiosidades,
escucharnos, liberar su voz. El domingo 20 es su última noche en Caracas por
esta vez. La gente se ha quedado abrazando significados.
¿Dónde
surge ese hilo solitario que junta mi yo con mi yo, el cordón umbilical que me
conecta al universo? ¿Contra qué batallamos? ¿Quién nos salva? La expresividad
del actor se hace en cada músculo, en cada movimiento y en cada sonido, para
contarnos sus muertes y sus reconstrucciones. En la inmensidad del escenario,
en las sombras multiplicadas de Yaser Khaseb, cabría acaso un pueblo que
siempre se levanta.
(19 de abril de 2025)
Nota: Foto
tomada de https://fesitpven.com.ve/funciones/regalo-misterioso/
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