Manuela Sáenz viene a contarlo todo
Por Eduardo J. Bravo G.
La Casa del Artista levanta el telón con la obra Manuela Sáenz: Vine a decirlo todo, este jueves 14 y
viernes 15 de agosto 2025, 3:00pm, en la Sala Juana Sujo. Pero viene a contar dos historias que
conforman la trayectoria artística de Dilia Waikkarán nacida en Río Verde, Estado Sucre el 13 de
diciembre de 1936, locutora y actriz venezolana de doblaje, teatro, cine y televisión. Mujer que
desde muy joven se interesó por el medio artístico, logrando durante su trayectoria grandes éxitos, en telenovelas y películas muy emblemáticas. Dilia arriba a sus 60 años ininterrumpidos en el arte de la interpretación del drama, pero también conmemora los 20 años del estreno de la obra Manuela Sáenz: Vine a contarlo todo, escrita por Vinicio Romero Martínez y bajo la dirección del conocido director Henry Manganiello quien cuenta con una larga trayectoria en el arte de la puesta en escena.
Las presentaciones son bajo el auspicio del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la
Compañía Nacional de Teatro, que buscan fortalecer nuestra identidad dentro del hecho escénico
como baluarte primordial en nuestra tierra,
conjugando arte e historia.
Este personaje encarnado por Dilia Waikkarán viene a darnos los profundos matices en la vida de
Manuela Sáenz y su romance con el Libertador Simón Bolívar, pero también a matizar en esa lucha libertadora que fue generando Manuela al momento que la gesta recorría todo el subcontinente
americano.
Luchas, desafueros, romances que comparte la vida de tan heroica mujer junto a uno de los hombres más insignes del continente. Es esa mujer que toma como hecho épico, gestario de aquellos momentos donde salvó en tres oportunidades al Libertador, siendo reconocida como: “la Libertadora del Libertador”.
En este sentido, Vinicio Romero nos va a mostrar ese empoderamiento femenino que da un empuje
a los nuevos tiempos de la mujer como eje central en la lucha. Un movimiento en la puesta en
escena que llena de valores dentro de las acciones, valores de Manuela, pero en la profundidad
de su ser, de un hecho turbulento que asume dentro de la historia donde contarlo todo es contarlo
todo.
El dispositivo escénico, movilidad y destreza que se presenta en la interpretación de este monólogo,
es generado bajo la visión estética de Henrry Manganiello, donde también descansa la realización escenográfica, así como la iluminación y utilería, creando desde su propia concepción del espectáculo, la atmósfera vital para ello; donde la composición de los elementos, el énfasis, contraste, niveles y formas dan a la escena una vida llena de historia, secretos y romances, jugando entre el personaje y el público una complicidad dramatúrgica a través de la metonimia escénica que formula esa narración de su propia vida, sugiriendo esa exploración profunda que va develando, por cada paso, cada movimiento y cada palabra que dibuja a su espectador.
Así, la composición de los elementos nos invita a una narrativa autobiográfica, con una reivindicación histórica de un reconocimiento, un legado de esa narrativa centrada en el personaje histórico de Manuela Sáenz, permitiendo compartir su perspectiva de una visión de mundo diferente. De una perspectiva más personal y cercana, como si ella misma estuviese relatando sus memorias.
Por lo tanto, entre la dramaturgia del texto y la dramaturgia escénica, Dilia va a desmitificar la figura de Manuela Sáenz. Allí se puede notar una visión más completa de su vida, de sus acciones, e
inclusive que parte, en ese proceso del recorrer viviente, entre el nacimiento, desarrollo, vida y muerte de un ser, pues va más allá de su relación con Simón Bolívar. Así esas dos dramaturgias conjugan una tercera y cuarta dramaturgia, que es la propia que presenta el personaje y la del público que se ubica en un contexto histórico, pero viviente, lleno de espíritu, de alma y de lucha ferviente de una mujer como Manuela Sáenz.
Allí nos presenta esa frase, de este monólogo, que tiene como título Manuela Sáenz: Vine a contarlo todo, donde denota que implica un esfuerzo, de reconocer la importancia de su vida como una figura clave de la gesta libertadora, de la espada, la bayoneta, los cañones y el romance que fueron dando vida a una América libre, entre cartas de amor y fusiles ensangrentados por la patria. Pero, también de la mujer, la que interpreta el personaje, que ha dibujado durante 60 años de trayectoria artista un empuje, de lucha, de fuerza, de comenzar de nuevo siempre, por cada personaje, por cada escenario, o pantalla que le ha tocado vivir su mundo único y creador. Es allí el gran esfuerzo y su dedicatoria durante este tiempo al que le ha dedicado toda su vida al arte venezolano. Porque dentro de su tenaz fuerza: Dilia Waikkarán, También viene a contarlo todo.
Millones de aplausos.
Arriba el telón, que se discurra la escena de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario