¿Para quién escribo?
José Luis Angarita Á.Cada vez que
doy por terminado un texto, bien sea cuento, teatro, artículo e incluso algún
poema perpetrado a la sombra, me surge la pregunta: ¿Para quién escribo?
No puedo precisar con exactitud el destinatario o destinatarios de mis ideas. El caso es que he descubierto que ese público que todos deseamos tocar con nuestras palabras e invenciones, puede ser cualquiera que se encuentre con nuestras obras, a la deriva o al garete, como diría Agustín Lara a María Bonita.
Lo más parecido que he podido encontrar a una respuesta es que, he escrito para mis maestros, mis profesores, demás familiares y amigos, pero sobre todo para mí mismo. Pienso que en la mayoría de los casos escribimos para nosotros, jueces implacables o tolerantes, según sea el caso, pero para nosotros.
Cada escritor debe ser la medida, el guarismo, de sí mismo. Compararse no es posible. Cuando está en formación, sin duda escribe para sus maestros, buscando la aprobación o aceptación necesarias para obtener confianza y fuerza y después lanzarse a la senda solitaria de la escritura.
No descarto que se escriba conscientemente para los otros, para un público generoso que queremos enamorar con frases e imágenes; público al que queremos hacer sentir y vivir lo que sienten nuestros personajes; pero estoy convencido de que siempre, aunque no lo sepamos (es decir, inconscientemente), nuestros textos son para nosotros.
Al escribir y revisar lo anterior me doy cuenta que hoy soy menos egoísta y escribo con la intención de convidar a la reflexión sobre el tema. Pero me surge otra pregunta parecida: ¿Para qué escribimos?…
Recuerdo que Hemingway dijo alguna vez, palabras más palabras menos, que se escribe para hablar con uno mismo. Eso remite a la misma conclusión a la que llegué unos párrafos atrás. Si escribo para hablar conmigo, yo soy mi público, es decir que escribo para mí.
De este
diálogo interno perpetuo; desde esta introspección que disfraza nuestros
monstruos de personajes e historias “ajenas” que dejamos salir de vez en
cuando, es la fuente de nuestra creación.
En realidad… ¿importa para quién escribimos?
En publicidad, el público es muy importante, todo el esfuerzo va dirigido a éste; en el arte, actividad libre y subjetiva por fortuna, pienso que no tanto.
Espero ser parte de ese publico a quien escribes, no tanto como que escribas para mí, sino ser parte del publico que tiene la fortuna de disfrutar de tus poemas, cuentos o anécdotas que decidiste plasmar.
ResponderEliminarGracias!
EliminarGracias, porque casi siempre has escrito también para mí.
ResponderEliminarDisfruto de cada una de tus obras, la emoción y sobretodo la pasión por escribir y compartir ese maravilloso imaginario que surge de ese personaje, ese lugar, eso…
ResponderEliminarSomos implacables con nosotros mismos hasta que alguien dice lo contrario, comparto contigo ese mensaje porque es verídico…