Reflejos del Ser Venezolano
Por Ligia Álvarez
Tuve la oportunidad de asistir, en el marco del Festival Nacional de Teatro venezolano 2025, a la representación de tres significativas espectáculos:
· Diógenes
y las camisas voladoras ( Autor: Javier Vidal; directora: Julie Restifo.
Producciones Diógenes Jota y Producciones Queiroz).
· ¿Qué
opina usted de la mujer que le quita el marido a otra? (Autor: Óscar
Yanes. Director Jan Vidal. Actriz: Grecia Augusta Rodríguez;
Producciones Queiroz).
· Pedro
Infante en el país que nadie ve (Autor: Jesús Benjamín Farías; Director: Costa
Palamides; Grupo Teatrela).
Las funciones se
llevaron a cabo en el Teatro Nacional y el Celarg.
El Rostro y la Voz de la Identidad
Estas tres propuestas tienen un punto en común esencial: todas hablan del venezolano. Muestran nuestro rostro, emplean nuestro lenguaje y discurren sobre nuestras costumbres. Esto es fundamental, especialmente en momentos cuando la situación económica y social puede ser crítica, ya que permite a los asistentes sentirnos identificados, vernos y reconocernos. De ahí la trascendencia de estas obras en el panorama cultural actual.
Un vistazo a las Obras
1.
Diógenes
y las camisas voladoras
Esta es una obra de carácter histórico que contextualiza un momento crucial de nuestra historia reciente: la figura de un precandidato presidencial poco conocido por el pueblo, cuya trayectoria estaba enfocada en el exterior, pero cuya candidatura era conveniente para ciertas élites políticas.
La obra expone un pasaje que tal vez los jóvenes desconocen, y su divulgación se vuelve necesaria. Si no nos conocemos a nosotros mismos, no podemos querernos. Esta falta de autoconocimiento quizás explique por qué muchos jóvenes tienen la mirada puesta hacia el exterior, considerando más interesante lo ajeno, y descuidando nuestra propia realidad. Como ha señalado el propio autor, es imprescindible reflexionar sobre lo que la obra plantea.
2. ¿Qué opina usted de la mujer que le quita el marido a otra?
Esta propuesta de
Producciones Queiroz, interpretada por la destacada Grecia Augusta Rodríguez, es
un monólogo que demuestra que una pieza unipersonal puede ser una obra de
teatro completa y de gran calidad. A veces, los monólogos se vuelven
excesivamente narrativos, asemejándose más a un recital, pero este no es el
caso.
En esta puesta, la
actriz muestra una gran versatilidad al asumir diversos papeles, roles y voces,
y además, canta. Se hace uso de la tecnología: un video proyectado antes de la
función capta el interés del público al formular la pregunta central de la obra,
incluyendo la opinión de varias personalidades.
El preámbulo de la
obra es impactante: la actriz entra y se enfrenta al público, formulando la
pregunta directamente. Esta pieza, escrita por Óscar Yanes (originalmente para
ser representada por su esposa, Agustina Martín), nos refleja en nuestro
vocabulario, nuestro discurso y nuestras costumbres. Se erige como una muestra
de lo que es el buen teatro y un excelente monólogo.
3. Pedro Infante en el país que nadie ve
Esta obra aborda
un tema similar al de la identidad: la tendencia a mirar hacia afuera. Sitúa o
traslada a Pedro Infante, el icónico cantante mexicano, al "país que nadie
ve", que es, irónicamente, el nuestro, Venezuela. Nosotros mismos a veces
no nos vemos por tener la vista fija en otros lares y culturas. La obra aborda,
irónicamente, instantes post-dictadura marcados por la persecución política y,
además, matizados por la visita de Pedro Infante a Venezuela.
Conclusión
En definitiva,
estas obras logran un valioso cometido: nos reconcilian con nosotros mismos,
con nuestro teatro, con nuestra realidad compleja y con nuestro imaginario
colectivo.
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