Una ecorrebeldia que traspasa la imaginación de la Diosa María Lionza
Por Eduardo J. Bravo G.
La Ecorrebeldia de la Diosa de Sorte en la Horacio Peterson, dentro del marco del Festival de Teatro Venezolano 2025 propuesta teatral escenificada los días 16 y 17 de noviembre por el grupo Iyaguare Teatro del Estado Carabobo. Una historia que entrelaza mitología, territorio y defensa de la vida en un viaje escénico potente y espiritual. Ella evoca la memoria ancestral y la acción colectiva.
Richard Monagas, su director afirma que es su segundo trabajo. Un monólogo del maestro Daniel Dimauro sobre María Lionza, con tres técnicas diferentes de títeres: títere de guiñol, títere de varilla y títere de máscara. Básicamente es otra cara de María Lionza por lo general el público espera el ritual que en muchos de los casos es respetable. Pero esta es una historia donde se ve otra cara, es más humana, más mujeres; se nota un antagonismo importante que tiene que ver un poco con la reflexión de la responsabilidad única, donde el mismo amor se encuentra en el banquillo. Esto la hace confundir su vida por pasiones carnales, dejando a un lado la identidad y lo nuestro para asumir ambiciones. Allí está la lucha del amor. Un amor que la desvía de su verdadera inclinación que es ser la diosa de todo el pueblo. Este viaje escénico a través del mito, en el rico panorama del teatro carabobeño, se eleva como una propuesta innovadora que fusiona mitología, territorio y la defensa de la vida. Esta obra es un profundo viaje escénico que invita a la reflexión sobre la identidad y las luchas colectivas a través de la figura mítica de María Lionza.
La dirección de Richard Monagas es fundamental para entender cómo se
entrelazan los elementos propuestos en esta obra. Con un
diseño de iluminación del maestro Miguel Contreras de Valencia que marca un
recorrido transitivo, donde la misma iluminación va a convertirse en una
dramaturgia escénica que hace que la trama sea más llevadera. Richard logra crear un ambiente donde la dramaturgia
no solo cuenta una historia, sino que también evoca la memoria ancestral de un
pueblo. En La Ecorrebeldía de la Diosa de Sorte, la acción se convierte
en un vehículo para explorar la resistencia cultural y la reivindicación de lo
nuestro. La narrativa se nutre de la estética del teatro popular,
convirtiéndose en un espacio donde los espectadores pueden conectar con su
propia identidad.
Tradicionalmente, María Lionza ha sido
representada en rituales que reverencian su figura mística. Sin embargo, en
esta obra, se presenta una faceta más humana y compleja del personaje. Andreina
Testa, quien da vida a María Lionza, ofrece una interpretación conmovedora que
muestra las luchas internas del personaje. Esta diosa, símbolo de amor y
protección, se ve atrapada entre su verdadera esencia y las ambiciones que la
desvían de su camino. Este antagonismo resuena con la experiencia común de muchas
mujeres, quienes, al igual que María Lionza, deben enfrentar las expectativas
sociales que intentan definir su vida. El manejo de los títeres en el escenario
por la actriz se convierte en un arte, que conjuga dinamismo, versatilidad,
acción en desarrollo por cada hecho transitivo de la historia.
En este sentido, el movimiento y la técnica con títeres, nos
muestran como podemos contar una historia, donde el mismo títere toma vida y
conjuga su realidad escénica. Las diferentes técnicas, nos mueven por esa
manipulación del títere que se presenta en este montaje, como un apoyo
sorprendente para que la actriz de forma vertiginosa pueda realizar su trabajo
de forma magistral. Testa no solo interpreta a María Lionza, sino que también
da vida a otros personajes mediante tres tipos de títeres arriba mencionados.
Este enfoque crea un dinamismo escénico que transporta al público a diversas
realidades dentro del relato. Gracias al diseño de iluminación del maestro
Miguel Contreras cada movimiento de los títeres se convierte en un elemento
estético que complementa la profundidad dramática de la obra. El movimiento con
títeres no solo agrega un atractivo visual, sino que también simboliza la
tradición y la creatividad colectiva, vitales en la construcción de la
identidad cultural venezolana.
Este
monólogo de Daniel Dimauro, pertenece a
la trilogía, donde involucra otros personajes, como Doña Bárbara y la Loca Luz
Caraballo. También tiene una trilogía de monólogos con hombres. La actriz que
protagoniza la historia, que interpreta el personaje de María Lionza, es el
personaje de una actriz. Una actriz con títeres. Aparte de María Lionza
representa los otros personajes
En suma, La Ecorrebeldía de la Diosa de Sorte
es más que una simple representación teatral; es un llamado a la reflexión
sobre la identidad, la lucha y el amor. A través de su narrativa y estética,
esta obra resalta la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones
mientras nos permitimos cuestionar nuestras propias ambiciones y deseos. Al
final, el viaje escénico no solo se trata de la diosa de Sorte, sino de todas
aquellas voces que claman por reconocimiento y autenticidad en un mundo que a
menudo intenta silenciarlas. Este tipo de acciones artísticas son las que
permiten que la historia, la cultura y el amor sigan floreciendo en el corazón
de cada espectador.
Caracas 17 de noviembre de 2025

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