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27.11.25

San Felipe, Yaracuy: Zárraga y Lorca. Encuentro y Celebración: Círculo de Lectura Interactiva, 26-11-25, por Elsy Loyo

 Zárraga y Lorca. Encuentro y Celebración:
Círculo de Lectura Interactiva del 26 de noviembre, 
San Felipe, Yaracuy.

Por Elsy Loyo

El Círculo de Lectura Interactiva de este 26 de noviembre en La Agrupación Teatral Coordinación de Yaracuy, Venezuela, fue una fiesta.  Una celebración; de esa manera lo vivimos.  Ese era el sentir, el comentario de todos.

El camino para llegar allí vino precedido por un día de lluvia, lo cual arrojaba la posibilidad que muchos de los convocados no llegasen. Así que las preguntas obligada para mí eran: ¿vendrán? ¿lograrán llegar?  Y mientras me las hacía, continuaba preparando todo con el equipo: reorganizando el espacio, los insumos incluyendo los elementos nuevos que tendríamos, porque este encuentro es preludio del aniversario. El mes que viene ya tendremos dos años de encontrarnos en nuestras citas de tertulia y degustación para leer teatro.

Todo esto venía a mi mente mientras hacíamos los últimos arreglos. Y de repente.  ¡Oh, sorpresa…! Comienzan a llegar los participantes mucho antes de lo previsto.  Todos bajo la misma premisa: “…Salimos antes para que la lluvia no nos detuviera y poder llegar a tiempo…”, “Aquí estamos contra viento y marea”. Eso te hace sentir una emoción bonita. Vemos entrar a los asiduos y nos da alegría ver regresar a dos de las chicas más jóvenes que no habían vuelto porque sus horarios de clases y trabajo se lo impedían. Nuestra alegría aumenta cuando alguien acota, “Ha llegado un participante nuevo.”  Un espectador de la Casa en Vuelo de estas últimas funciones de noviembre, ha acudido al llamado. El Círculo sigue su proceso de crecimiento.

La lluvia arrecia. Llega la hora acordada. Todo está listo. Todos estamos dispuestos. Y el Círculo abre su espacio al escenario.

Luces, música, degustaciones y bebidas especiales ya están servidas en honor a nuestros invitados: Zárraga y Lorca.

Viene el preámbulo. De fondo un tango-flamenco que pone en contexto el espíritu esencial de ambos.

Tomo la palabra para poner en contexto al grupo de quienes son nuestros invitados.

Zárraga viene a mí como una presencia que toma su lugar en el espacio. Invocarlo y convocarlo es un acto de encuentro, de amor. Varios en el círculo le conocimos desde lo cercano, otros no. Y más allá de la importancia de su obra, que es inmensa, me viene que quienes están allí le conozcan también desde su ser.  

Zárraga fue un hombre apasionado por la vida, por el arte, por el teatro, por el tango y el bolero; por su melódica, por su ajedrez.  Por el Teatro.  Pasión y más pasión era su signo en todo cuanto hacia: poemas, cuentos, narrativas, ensayos; novelas, dramaturgia. Laureado por su obra. Pero creo que lo más importante para él es: laureado desde el amor, por sus amigos, hijos, familia, por su entorno social, su comunidad.

Zárraga, boraureño de nacimiento, cocoroteño de vida.  Yaracuyano de cepa pura. Hombre universal.  Controversial.  Polémico.  Claro en sus ideales. Defensor de lo que creía justo. Bohemio y convocante de la alegría, de las reuniones de amigos para la felicidad y también para la reflexión profunda de la vida. Cigarro y café fuerte. Impecable su manera de vestir. De sonrisa amplia. Su ser enamorado. Su empuje. Su palabra mordaz. Nuestro querido y entrañable Zárraga.

Luego llega Lorca.  Español hijo del pueblo granadino, andaluz, Fuente Vaqueros. De vida breve en esta tierra, pero eterna en la trascendencia de su creación. Luchador, también mordaz, con una vasta obra universalmente reconocida y vigente. Amante y defensor del cante jondo. Del arte de los títeres. Del teatro. De las artes plásticas. Poeta, dramaturgo, músico. Amigo de sus amigos como también lo fue Zárraga. Nos convoca hacia él su vida y su obra.

Zárraga y Lorca.  El hecho de tener a los dos hoy en el Círculo presupone emprender una aventura. Y allí estábamos para vivirla, Comienza el viaje precedido de cantos, palmoteos y algarabía que trajo Lorca con su Nana Sevillana, su jaleo y fragmentos del coro de sus lavanderas de Yerma. Todo abrió ahí mismo desde la provocación, desde el atreverse. Tendí un puente sin decir para qué y todos lo cruzamos.

Luego de ese preludio convocatorio del duende viene la lectura. Este acto de leer, ¿cómo sería esta vez? ¿Cuál obra? ¿Cuál autor primero?  el azar vuelve en la escogencia de la obra de cada uno y luego un gran momento de lectura intercalada: Zárraga-Lorca.

Al terminar esta ronda de encuentro de voces zarraguences y lorquianas, y antes de la tertulia, viene el momento de homenajear a Zárraga desde su música. Se plena el espacio de esa sonoridad magnífica de tangos y boleros, mientras degustamos su café negro y un pavito, dulce criollo sanfelipeño, uno de sus favoritos. Confieso que  es difícil reconducir al grupo hacia la conversación de lo generado por las lecturas, pues todos estamos distendidos en el placer festivo que estaba aconteciendo.

Abre la palabra para decir por dónde hoy las lecturas nos mueven, y en general, lo que se dice tiene que ver con cómo el grupo siente la universalidad de los autores. La vigencia de las temáticas, tanto en lo social, como en lo político, así como en lo que en apariencia podría ser más cotidiano, pero que encierra una profunda verdad y confrontación con la vida. El vivir en pareja, el matrimonio, la soltería; el encierro en una casa donde las reglas extremas se imponen.  La soledad, lo difícil de la convivencia. La conexión de mucha gente con lo superficial, que aún sigue en este siglo. Uno de los participantes acota que mientras se hacían las lecturas en un momento dejó de acusar cuándo era Zárraga y cuándo Lorca el que hablaba porque por momentos algunas de las obras parecían la continuidad de otra. Otro de los asistentes comenta que el acto de leer lo había conectado  con las migraciones venezolanas, y en otro momento con la deforestación que actualmente está ocurriendo en las avenidas de San Felipe…y que eso le reafirmaba la vigencia y lo universal, que justamente era la coincidencia de todos.

Lorca trae a nosotros hoy La Casa de Bernarda Alba, Doña Rosita la Soltera y Amor de don Perlimplín con Belisa en su Jardín.

Zárraga nos entrega La Rebelión de Las Marías, Cuatro Ventanas hacia el Miedo, Las Ventajas de Llamarse Juan y La Fiesta de Los Inocentes.

Termina la tertulia, nos juntamos para la fotografía final de costumbre, hay una alegría viva. Comienzan las despedidas llenas de afecto. Convocando desde ya al Círculo de diciembre. Todos muy movidos por el encuentro de este miércoles 26.

Llega ya la nocturnidad. La noche nos abre las puertas para ir a descansar… Gracias, Zárraga.  Gracias, Lorca.

Nos vemos en el próximo Círculo.

2 comentarios:

  1. Fue una velada hermosa, ese entretejer los escritos de Lorca y Zárraga, en los que no sabíamos a veces quién era de los dos, nos paseó por momentos únicos, de solteronas, costumbres y el amor, impregnados de lo político en años tan distantes, en ese ensueño solo nos volvía a la realidad, la pertinaz lluvia que caía en San Felipe. Y esta lectura fue verdaderamente interactiva.

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  2. Valioso ritual poético, dramático, humano. Pronto germinarán nuevos sueños hechos espectáculos, la pasión se extenderá hacia el infiníto público. Felicidades! Gracias siempre!

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