Lírica, de Gustavo Ott.
Por Aniuska Linares
En Lírica
encontramos un conflicto entre dos mujeres, ambas esposas, madres y ambas
vinculadas por una tragedia: el marido de una que asesinó al de la otra. A partir de allí se teje la estructura
dramática.
En
la pieza hay tres personajes: Abril López, Norway González y la directora de la
escuela. También tenemos a sus hijos, Lennon
y David, dos niños cuya imaginación es potentísima y que tienen una profunda y
fuerte amistad; amistad en la que comparten la ilusión por el primer amor y así
como sueños que construyen a través de la poesía.
Compuestas
por nueve escenas, Lírica conmueve desde el inicio hasta el final. La
profundidad y la crítica social que contiene cada línea dicha por las actrices
trasmiten el odio que se tienen, el miedo y la frustración de saber que sus
hijos estudian juntos.
La obra
no necesita tanta escenografía para contar la historia y el trasfondo. La iluminación, los cortes entre cada escena
con sonido de calle, temblores, personas caminando, la tensión que trasmitieron
al final de la obra dejan al espectador con un nudo en la garganta y una
presión en el pecho; hacen reflexionar al saber de qué casos como estos existen
no solo en Venezuela sino en Latinoamérica.
Fue
una obra extraordinaria de principio a fin y me conmovió mucho el hecho de que los
niños saben quiénes eran sus padres, que conocen la situación pero, ellos van
más allá de esas circunstancias; es decir, estos niños tienen la sensibilidad y
la capacidad para amar y perdonar, capacidad que sus madres no tienen.
Aniuska
Linares, pnf teatro mención actuación UNEARTE Guanare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario